Para aquél que confiere certidumbre a la interpretación, regiría el criterio de verdad/falsedad, porque en realidad se hace sobre el enunciado que identifica interpretación con explicación.

Y, en realidad, la cosa, no es precisamente así.

Sólo es así en los casos en los que se produce en la persona un trastorno delirante.

El delirio que le acontece, adquiere, sin duda alguna para él, carácter de verdad, de cierto; pero esto lo abordaremos en un momento posterior.

Lo cierto, o al menos lo que parece cierto, es que se interpreta porque no se puede explicar.

Toda interpretación es, pues, auto-insuficiente.

Esta auto-insuficiencia interpretativa exige del sujeto aprender a manejarse en un sistema de relaciones para el cual, por axioma, no cabe completitud.

Con otras palabras, la interpretación es nuestra in-suficiencia. Ello significa la renuncia al control del otro, el aprendizaje de que la interrelación humana no es cierta, sino probabilística y consecuentemente incierta.

La entrada La interpretación sobre los demás se publicó primero en Symploké.