Creo que el hombre, se refiere a sí mismo más de lo que sería conveniente.
Hablamos de nosotros mismos, convencidos del interés que podemos despertar en el otro.
Eso sí, algunos lo practican más que otros, y necesitan hacerlo porque dejar de ser lo que se ha sido.
También no ser lo que se quiere ser, constituye un camino intransitable e incómodo:.de ahí que uno mismo, se proponga como tema de conversación.
Esto que digo, tiene, naturalmente, una explicación psicológica, y es que cambiar (por lo tanto… dejar de ser, o ser otro) supone inseguridad y desnudez siempre.
Además de prescindir del narcisismo y la auto-proclama, pero, sobre todo, supone un dejar de mirarse,
para mirar al otro…
Para hacer esto, hay que tener recursos mentales suficientes cosa que no siempre ni todas las veces se da.
Dice Fernando Colina -psiquiatra y escritor- que:
«Hay hombres que solo hablan de sí mismos, y ni siquiera su silencio, alcanza a impedirlo».
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