Nuestras neurosis:
Todos tenemos nuestras “neuras” encima
como no podía ser de otra manera:
nuestros miedos,
nuestras inhibiciones,
nuestros síntomas… que, muchas veces,
constituyen motivos de cambio.
Hay que procurar sacar
el mayor rendimiento posible
a todos estos defectos y defensas.
Por otro lado, hay que huir de crearse
una dependencia artificial con nadie.
No es del todo sano dejarse orientar
y que le descubran a uno la verdad interior:
mejor descubrirla por uno mismo
en el difícil ejercicio de la vida,
o en el trato con los tuyos,
o en la encrucijada de las pasiones.
Saber de uno, es conocerse.
No nos hace falta nadie para saber de uno mismo,
aunque siempre entre dos,
se descubren con más celeridad
nuestros miedos, y se digieren mejor.
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