Tranquilidad

Tranquilidad, viene del latín,
y se traduce como cualidad
de estar calmado.

Hoy, eso parece al menos,
la gente busca tranquilidad,
sosiego, quietud, calma…

Las ofertas de ocio,
saben de ello, y cada vez más,
ofrecen lo que saben que nos falta.

Buscarla supone, de alguna manera,
su pérdida. Hemos sustituido la paz
por otras cosas, menos reconfortantes:
urgencia, aceleración,
prisa, estrés, inmediatez…
que muchas veces
se adjetivan, por todos,
como innecesarios y perjudiciales.

Nada se hace mejor con prisas.
Nada sale mejor si el apabullamiento
del “esto es para ayer”
se impone ante una quehacer,
que requiere dedicación, reflexión, atención…
sea cual sea.

Se nos ha olvidado la palabra despacio,
que en ningún caso significa lentitud,
sino dar el tiempo necesario
a lo que hay que hacer… bien.