Bobos y locos
Erasmo de Rotterdam, confundió estos términos,
cuando igualaba la estupidez con la locura.
El loco, no es ningún bobo… nada más lejos.
El loco, por lo común, es persona inteligente,
y muy por encima de lo que suele ser normal.
Piénsese que la locura, es la forma más personal de vivir,
ya que el loco “vive según él” literalmente: “hace su vida”.
El bobo, en cambio,
complica la vida, porque en su necedad,
complejiza las cosas sencillas
solo para aparentar ser lo que no es… ni podrá ser.
Tiende a intervenir a destiempo e inoportunamente
en asuntos para los que no ha sido convocado.
Además suele acontecer que la gente más boba,
resulta ser la que todo lo sabe…
siendo entonces cuando conviene poner “pies en Polvorosa”.
El loco en cambio vive a su aire, a su manera,
sin que le importen mucho los pareceres de los demás sobre él.
Eso sí, cuentan los bobos con un privilegio extraordinario
respecto del loco y del resto de mortales,
y es que, por lo común,
no tienen preocupaciones ni agobios;
algo verdaderamente envidiable
si no fuera por el resto de características que le configuran.
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