Sin tiempo no somos concebibles.
Una vida, sin final en el horizonte no es vividera para los humanos.
Se convertiría en una agonía lenta y larga si el tiempo no la fuera recortando.
Y sin embargo, es cierto, que hasta los más agnósticos, cuentan con la confianza de una eternidad postrera:
una idea tan difícil, como saludable.
A Dios… si está…, antes que empeñarnos en pedirle más vida, habría que agradecerle la brevedad de esta.
Jules Renard, nos regala una frase jocosa al respecto…
«… a menos que haya complicaciones…
está usted a punto de morir».
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