Todos tenemos nuestras “neuras” encima, como no podía ser de otra manera:
nuestros miedos, nuestras inhibiciones, nuestros síntomas y temores… que, muchas veces, constituyen motivos de cambio, además de desasosiego e incertidumbre.
Hay que procurar sacar. y esto no es nada fácil, el mayor rendimiento posible a todos estos «defectos» y defensas.
Por otro lado, hay que huir de crearse una dependencia artificial o real, con nada ni con nadie.
No es del todo sano dejarse orientar y que le descubran a uno la verdad interior:
mejor descubrirla por uno mismo en el difícil ejercicio de la vida, o en el trato con los tuyos, o en la encrucijada de las pasiones.
Saber de uno, es conocerse.
Según la Wikipedia, el aforismo griego «Conócete a ti mismo» estaba inscrito en el pronaos del templo de Apolo en Delfos, según el periegético Pausanias.
Este aforismo, es como un mandato, una orden a cumplir por el ser humano..
Pues bien traducida y entendida, no nos dice otra cosa sobre el deber que tiene uno, para consigo mismo, de conocerse..
Y esto es, analizar su conducta, analizar sus hechos, sus pensamientos y costumbres… En definitiva, todo lo humano que le envuelve y le circunda.
Dicho aforismo, ha sido inicialmente atribuido a Sócrates, aunque también a otros varios sabios griegos antiguos:
Heraclito, Quilón de Esparta, Tales de Mileto, Pitágoras, y Solón de Atenas
No nos hace falta nadie para saber de uno mismo, aunque siempre entre dos, se descubren con más celeridad nuestros, miedos, y se digieren mejor.
De eso trata la psicoterapia. De intentar conocerse a sí mismo para no incurrir en errores que, a la postre, nos hacen la existencia más difícil y menos vividera.
En Psicólogos de Madrid Centro, te ayudamos en estas y otras muchas dificultades que nos sobrevienen en el día a día, y en las que reparamos solo cuando nos inquietan e interfieren en nuestro bienestar.
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