Cuantificados

Vivimos cuantificados…
Cuando, cuanto, poco, gordo, grande, tarde…
no llego a tiempo…

 Estamos rutinariamente medidos,
escalados,
sometidos a la impiedad de la medida:
del tiempo, del espacio, del volumen… 

Nada se hace sin ser juzgado desde el cuanto,
desde lo mejor o peor, desde lo alto o lo bajo,
desde lo delgado y lo gordo,
desde el tarde
desde el pronto,
desde lo lento y lo rápido. 

La medida es el criterio…
Ya se ha hecho con la vida de cada cual y la de todos. 

Siendo así:
para evitar que nos empache el descaro de los megas,
los kilómetros, los gramos, los litros…
y la imprudente impertinencia
del tiempo y sus segundos,
vayamos por la vida… lentamente,
más que nada, para no atropellar ni tropezar a nadie.