El deseo
El deseo,
es un flujo psíquico vigilado por las prohibiciones,
sometido a impulsos, tasado por la realidad,
invocado por la fantasía,
regulado por el placer y
modulado por la respuesta de los demás:
Censura, fuerza, realidad, imaginación, goce y amistad,
son los seis dueños del deseo,
cuyo difícil acuerdo
nos exigen compromisos que pueden ajustar
o enrarecer el equilibrio personal.
Su cordial despliegue,
que cursa por los corazones con saludable naturalidad,
está expuesto, sin embargo,
a distintas interrupciones
que alteran nuestro ánimo y sacuden,
de cuando en cuando,
nuestro sosiego emocional.
Unas veces, la mala distribución de los deseos,
se aviene mal con la realidad y la moral.
Otras, se muestra desbocado, sin control,
desvirtuado, ajeno por su propia desmesura
al marco de los compromisos adquiridos.
Y, no pocas veces, lo encontramos decaído,
disminuido y agotado,
empalidecido por la melancolía.
Así de vulnerables somos.
Así de mudable, lo que nos acontece.
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