Mentimos

Los seres humanos mentimos.
Y además representamos tantos papeles
que los demás no saben muchas veces
a qué atenerse con nosotros.

Aún más: nuestras intenciones son inaccesibles,
de manera que las motivaciónes
últimas de nuestros actos
siempre son ignoradas;
sólo caben inferencias
y de esta forma los demás han de contar
o con la sospecha o con la confianza:
dos incertidumbres.

Como seres que nos comunicamos,
somos todos virtuosos de la equivocidad,
de la ambigüedad respecto de la realidad.
Y esto porque el concepto de realidad
que manejamos cada uno,
es el de nuestra realidad,
es el contexto, la situación en la cual estamos,
y en donde practicamos un determinado juego
que constituye la actuación o actuaciones para el momento.
Luego,  pasamos a otro
en donde hay que jugar de manera distinta a la anterior.

Hay quien tolera sosegadamente esta ambigüedad,
pero también hay quien cae en la zozobra emocional
que supone tanto cambio de escenario.