La persona es el sistema del organismo mediante el cual se construyen yoes adecuados para una secuencia de actuaciones en la realidad.

Otras veces, los aparca para su utilización ulterior en una situación semejante, o los destruye llegado el caso.

También al sujeto se le pueden escapar algún o algunos yoes, saliéndose del sistema, es precisamente lo que ocurre cuando sobreviene la psicosis, la locura en definitiva.

Incluso, sin esta afección, hay veces que nos salen “yoes” que nos sorprenden y que sin embargo son propios y no sujetos a elaboración mental alguna.

El sistema del sujeto comprende tanto al sujeto como a los yoes procedentes de él.

El sujeto juzga la afortunada o desafortunada construcción del yo para la actuación (no entramos ahora en la influencia de los otros en la interacción respecto del juicio que el sujeto hace del yo que construyó, que es, desde luego, decisiva.

El sujeto, pues, es constructor de yoes y los yoes instrumentos del sujeto para la adopción de una “forma de vida” que está acuñada en el discurso de  lo que llamamos vida de relación.