Cualquier acto de conducta entre humanos, es una manera de actuación y por lo tanto, como todo acto, está dotado de un significante y un significado.
El significante de mi acción, es, precisamente, lo que hago, por lo tanto, empírico: bebo algo, abrazo a alguien o simplemente, duermo.
El significado de mi acción, es, sin embargo distinto y variado.
Y esto, porque el significado, no lo pongo yo mismo.
Es el observador que a mí me ve hacer lo que haga:
el que da sentido, a un significado puramente mental, y distinto según el observador que me observe.
Por otro lado, y si naturalmente, no está sujeto a mí, sino que es interpretado, a partir de mi conducta, por los otros.
Saber esto, puede hacernos reflexionar, sobre cual o cuales han de ser mi actos de conducta en determinados contextos, a sabiendas de que siempre seremos sancionados por una mente ajena.
Son los demás los que darán significado e interpretará mi conducta como cierta sin necesariamente serlo.
De alguna manera,, estamos siempre a expensas de los demás con nuestras conductas.
Comentarios recientes