No conocemos el cerebro

El cerebro, es hoy en día el órgano del que más se habla,
y posiblemente del que menos conocimiento se tiene.
Muchos profanos en neurología hablan del cerebro
como una maquinaria compleja y muy bien definida.
Si bien es cierto que zonas del cerebro,
como el área de Broca (sin la cual un sujeto no podría hablar)
se encuentran identificadas,
existen otras de muy dudosa verosimilitud
respecto de para qué sirven y con qué propósito nacieron.
Un ejemplo de ello, podría ser el famoso FOXP2
o “gen del lenguaje”, sin el cual aparentemente
el mecanismo del habla sería imposible.
“La opción más plausible (…) consiste
en que los aspectos anómalos a nivel motor y gramatical,
así como otros, sean consecuencias diferentes
del carácter funcionalmente anómalo de un gen
que se expresa en áreas cerebrales
(tanto corticales como subcorticales) diferentes (…),
de manera que, teniendo en cuenta que ese gen
se expresa en varias zonas del cerebro,
los trastornos podrían reflejar precisamente estos efectos” .

Bien es sabido que esta disfunción genética
aparece en zonas del cerebro, como hemos dicho,
pero lo que no suelen mostrar muchos manuales
es su presencia en otros órganos
como el intestino o el corazón,
que poco tienen que ver con la producción del lenguaje.

Casos más arriesgados aún
nos proponen científicos como Richard Dawkings
y su sugerencia sobre el concepto “neme”
o “genes de la memoria”, en un intento forzoso y fallido
de tratar a la memoria de forma tan “científica”
como lo haría un biólogo con un código genético determinado.
Este intento de someter algunos asuntos psicológicos
al positivismo científico suele ser tan inútil como intentar observar estrellas con un microscopio. Muchas personas consideran que todos sus sentimientos, pensamientos y acciones son producto de una maquinaria neurológica sutilmente engranada (cosa poco probable) apoyándose en eso de que “así lo dice la ciencia”.

Si nuestro cerebro es una maquina perfecta o no, siempre es cuestión de debate, aunque estamos en un momento en el que se trata de buscar “alojamientos nerviosos” para cualquier clase de patología o comportamiento que consideramos anómalo
… y no siempre es así.
Es más, los Psicólogos de Madrid Centro, pensamos que muy pocas veces es así.