Los seres humanos “disponemos de dos biografías, dispares entre sí, pero dependientes una de otra.

A lo largo de nuestra existencia biológica construimos ambas alternativamente.

La primera de ellas es la biografía pública, la que se escenifica ante los demás, pocos, varios o muchos.

La compone el conjunto de nuestras actuaciones observables y observadas.

Es la que erróneamente consideramos la única vida real.

La segunda la constituye nuestra biografía íntima.

Esa vida íntima fantaseada, la de nuestros deseos aún o quizá por siempre insatisfechos.

También la de los sueños y ensueños, la de nuestros sentimientos ocultos.

Así mismo nuestras inclinaciones hacia personas que nos rodean: si se quiere, una vida secreta. 

Secreta porque es inobservable.