Los niños… tienen pene, las niñas… tienen vulva.
Pues sí, pero no.
Niñas y niños, lo que tienen es identidad.
Y la identidad, sencillamente, es sentir-se igual que un semejante con independencia de su sexo biológico.
Quizá debiéramos hablar de un sexo de crianza, en el que intervienen sus iguales con los que se relaciona y, a la vez, elige de entre todos.
Y elige, a quien se parece por carácter, gustos, intereses y preferencias, más que a quien se parece por similitudes físicas.
El género, masculino o femenino, es algo que se gesta una vez nacido, no antes, y no en el embarazo previo.
Las máquinas que manejan los ecógrafos, se equivocan con frecuencia al determinar si lo no nato, es niño o niña ante la expectativa de los padres de conocer a su descendiente en el útero.
Uno, no es lo que es… sino quien es.
¿Niño o niña?… eso… ya se verá.
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