Cuidarse

A cierta edad,
uno hace balance, por encima,
de lo suyo y,
en términos generales,
se encuentra normalmente satisfecho,
en unas cosas… más que en otras.

Incluso, bien pensado,
se puede uno encontrar con que antes
padecía pequeños desarreglos
impropios de su edad,
mientras que conforme va cumpliendo años
esos desarreglos
se van volviendo propios de su edad:
una ventaja que convierte en saludable
el simple paso del tiempo.

Dicen que, a cierta edad,
hay que cuidarse,
pero supone tanto sacrificio
que quizá sea preferible
variar poco los hábitos
y dar tiempo al tiempo:
una medida seguramente contraria
a lo recomendable
pero que sosiega el espíritu
más que la tiranía austera autoimpuesta
para hacer de sí mismo,
un objeto convaleciente prematuro.