El respeto

Hoy, nuestra sociedad,
exige de respeto:
respeto a las religiones e ideologías,
respeto a las posiciones políticas,
respeto a las distintas formas de pensamiento,
de género… y un largo etcétera, casi interminable.

No sé si estamos en la dictadura del respeto…
Gustavo Bueno, pensador y filósofo,
se pregunta, y yo también
si tanto respeto
a tantas y tan distintas cuestiones,
no nos conduce a un “todo vale”
en el que seguramente,
y desde la conciencia personal de cada cual,
se estará más en desacuerdo que otra cosa.

Sin embargo, tanto respeto,
añade un valor individual,
hoy bien cotizado:
nos convierte en “tolerantes”.

Es el diezmo que recibimos
a cambio de la domesticación
y mansedumbre
de la que nos hacemos cómplices
en una sociedad que
desde las instancias de poder
que son muchas (padres, jefes, directores,
ministros, presidentes…)
saben sacar partido a tal sometimiento…

No sé si es bueno para uno mismo
admitir tanto respeto.

Lo que sí me parece, es que es bueno
para quien desea que el ser humano
se encuentre subordinado
a una docilidad y obediencia
que impida la puesta en práctica
de su propia manera de pensar y de ser.