La desilusión.

¿Qué quiere decir un paciente cuando nos refiere que “no tiene ilusión por nada”?

Significa, desde luego, que la  vida como proyecto personal cesa.

Pero cesa en virtud de algo; no sin un por qué.

Además, cesa para algo; no sin un para qué.

El proyecto personal, se hace en la persona, pero es un hacer para otros.

Es más, se puede decir que se hace en función de los otros, con vistas a los otros, por mucho que se quiera sublimar la soledad del proyecto.

Alguien proyecta “hacerse rico”, para “ser rico” ante los demás. Alguien proyecta “hacerse bueno”, para “ser bueno” ante los otros, o ante Dios si es persona religiosa.

Cuando cesa “ese para los otros”, cesa toda ilusión. No se tiene ilusión para hacer algo, por el hecho de que ese algo no será valorado.

Contiene pues el cese del proyecto la preexistencia de un fracaso. Sin un fracaso previo, no se concibe la inhibición frente a la acción.

En la  psicoterapia, “no existen formas de penetración absolutamente precisas y objetivas del universo íntimo”.

Ante la angustia, y ante la existencia de ansiedad, el sujeto busca ayuda, muchas veces en forma de psicoterapia.

Pero esto, en ocasiones, se lleva a cabo, tendiendo una trampa: el paciente se dice a sí mismo, que a través de esta búsqueda de ayuda, él ha puesto ya de su parte cuanto le era posible poner, y exige, que la psicoterapia calme lo que en él ocurre (sin más trabajo que reconocer la angustia y buscar ayuda).