No todo hacer es posible. Por lo tanto, lo adecuado, es hacer lo que se debe hacer. dentro de lo que es posible hacer.

No hay que intentar lo imposible, para después “justificarse” en el no hacer; ya que no hacer, o no hacer lo que se debe y puede hacerse, se convierte en hacer lo que no se debe, con las consecuencias angustiosas cuando no “culposas” por haber así  obrado.

Hay pues que inclinarse a la acción reparadora de lo que nos angustia o trastorna, y no solo quedarnos en el “simple y fugaz pensar y decir en la consulta”.

El solo pensar y hablar (en psicoterapia), se convierte en una “tarea a medias”. Solo la objetivación de nuestro pensar en forma de acción, posibilita la prueba de nuestro bien hacer o nuestro error en el hacer.

Hay que entender, y desde luego, hay que hacer entender, que la enfermedad,  y sobre todo la enfermedad mental, “es una situación”, y, “resultado de una situación”.

La enfermedad mental, no es un hecho que por las leyes del azar acontezca a la persona, sino un acontecimiento resultante de determinados modos de relación de la persona con su medio.

Se debe considerar la “situación de alguien”, como “una relación concreta de ese alguien con la realidad”.

La situación, no es algo que aparece espontáneamente y se nos impone, sino que, producida o dada una situación, podemos establecer con ella una relación particularmente “nuestra”.

Esto es: podemos “operar” en ella.

Dicha relación vendrá, o, habrá venido definida por nuestra propia experiencia vivida.

La relación que establecemos con la situación, está también determinada por el deber hacer (deber hacer frente a los demás, porque esperan de mí un determinado comportamiento).

Pero ese deber hacer, puede entrar en conflicto con lo que se desea hacer, que también es un “deber hacer” individual, porque es parte del proyecto personal de uno mismo.

Así ocurre, que la mayoría de las veces “el conflicto” puede plantearse entre el deber hacer como lo que se espera de nosotros (carácter social), y el deber hacer que uno mismo quiere para sí mismo (y de carácter personal).

Muchos son los trastornos que se presentan y atienden en consulta, que tienen como origen, precisamente, este conflicto, entre lo socialmente esperable y lo personalmente (íntima o mentalmente) elegido.

Es el choque entre: lo que los demás, es decir, los otros que no soy yo, piensan que debo hacer (y que como consecuencia piensan que debo ser), y lo que yo mismo pienso que debo y quiero hacer (y por lo tanto soy).