A la vida… no hay que pedirle…

La vida está para hacerse y deshacerse en ella.

 No hay que pedirle,

porque la vida, lo que no da, es lo que no tiene para dar.

 No da amor, sin riesgo.

Tampoco sabiduría sin estudio.

No da experiencia sin práctica,

ni sosiego sin esfuerzo.

 La vida  -se puede hacer memoria-

nunca da gratuitamente

por más que le pidamos.

 Como mucho, propone oportunidades, ante las que más nos vale “andar listos”.