La vida, es una serie de colisiones con el futuro; también es una suma de lo que hemos sido,

pero sobre todo, de lo que anhelamos ser. 

El pasado nos habla de lo que sí y de lo que no somos o hemos sido. 

El futuro, nos invita en cambio a volver a ser, a poner en práctica aquello que deseamos

y que casi nunca haremos porque el atrevimiento nos lo impide.

 Sorprenderse y extrañarse, es una buena forma de empezar a entender.

Deberíamos dejar atrás nuestras convicciones más arraigadas e indubitables, porque siempre son las más tóxicas y sospechosas.

Nos ponen límites, nos confinan y aprisionan.

 Y es que parece que la vida NO nos ha sido dada, ,sino que nos ha sido dada… hecha.

Decía Kierkegaard que “la vida debe ser comprendida hacia atrás, pero debe ser vivida hacia delante”.