Lo improductivo

En la naturaleza,
me refiero al ámbito de lo no humano,
también vemos esbozos de locura.
Incluso, los nombramos a través de la palabra:
castañas locas, avena loca,
vacas locas, tiempo loco…

Somos propensos,
a tildar como loco, a aquello que resulta extraño,
o que resulta ser improductivo.

No obstante, no estoy del todo seguro,
de que lo productivo nos lleve a futuros mejores,
ni que nos convierta en seres
más gozosos y civilizados.

En cambio, hay algo en lo improductivo,
que parece quebrar un principio rector de lo natural,
y que nos da que pensar.

Nos debería relajar y dar cierto sosiego,
porque en nuestra comparación con ello,
salimos beneficiados, sobre todo si nos apoyamos
en ese aforismo sobre «lo sabia que es la naturaleza».

No servir de mucho, o no servir para nada,
vuelve a algunas cosas
en algo que hay que dejar tal cual… en paz.
En esa paz con la que cuenta
el fruto, sin demasiado sentido, de lo estéril
y que tanto relaja y oxigena.

En esa paz que lo productivo…
no encuentra nunca, por más que busque.