El hombre está, desde luego, en el mundo y,  dentro de él, está en la realidad.

Pero ¿cuál es la realidad de la persona?

La persona, está siempre de alguna y de determinada manera respecto de la realidad interna y externa que le envuelve.

Esta forma de estar mía (o de cualquiera) respecto de la realidad en general, es mi situación.

Y es así, porque es la situación sentida por mí, como mía.

A poco que se piense, se verá que la situación no es solo singular, referida a la persona.

Cada uno está ante la misma realidad, pero en su personal situación.

Nadie puede ponerse, salvo metafóricamente y atenuadamente en la situación del otro, sino que es, aún para la misma persona, además de singular, cambiante y, por lo tanto, específica de un instante a otro.