Recordar

En psicología,
conviene muchas veces, muchas,
saltarse a ratos los aspectos vividos
que por circunstancias muy variadas,
no conviene recordar. 

Son experiencias que, en la vida de cualquiera,
es mejor conservar para la intimidad propia,
y no darles luz, ni siquiera  privadamente.

Suelen constituir estos recuerdos,
coordenadas biográficas irrebasables,
cuya rememoración puede hacer más mal, que bien,
cuando el recuerdo se prolonga en exceso
y con difusos límites.

Cuando uno no quiere, o no debe recordar,
mejor, y más indicado, es: no recordar,
porque hacerlo
es una buena manera de vivir sufriendo.