El sujeto de las actuaciones no se define sin riesgo de caer en un razonamiento inductivo/reductivo.

Pero, si no se le puede definir, sí se le puede describir a partir de los yoes observados, esto es, a partir de cada una de sus actuaciones, y juzgar éstas desde el marco que se adopte (moral, estético, intelectual, etc.), sin que se involucre al sujeto más allá del contexto desde el que se le define.

Por eso, la biografía  de alguien es la descripción de sus actuaciones.

Pero, aún así, de un mismo sujeto hay tantas biografías como biógrafos, porque cada uno de ellos “selecciona” positiva o negativamente, de entre las infinitas actuaciones del biografiado, aquellas que “cierran” y “completan” su teoría previa acerca del sujeto en cuestión:
“Por eso, de mí y de cualquiera, hay tantas y tan distintas opiniones, porque cada uno que me define, ha visto de mí no todo, sino una muestra, a través de mis actuaciones, que han constituido el argumento de lo que ahora, yo soy para él”.

Visto así, el sujeto es el sistema del organismo mediante el cual se construyen yoes adecuados para una secuencia de actuaciones en la realidad.

Algunos los aparca para su utilización ulterior en una situación semejante

Otroso los destruye llegado el caso.

También al sujeto se le pueden escapar algún o algunos yoes, saliéndose del sistema, es precisamente lo que ocurre cuando sobreviene un problema personal o un trastorno psicológico.

El sistema del sujeto comprende tanto al sujeto como a los yoes procedentes de él.

El sujeto juzga la afortunada o desafortunada construcción del yo para la actuación.

Usando para este momento un léxico informático, diríamos que el sujeto es un directorio y los yoes  archivos incluidos en él (comunicables entre sí por el hecho de su pertenencia al mismo conjunto).

El sujeto, pues, es constructor de yoes y los yoes instrumentos del sujeto para la adopción de una “forma de vida” que está acuñada en el discurso de  lo que llamamos vida de relación.