cc

Y esto… porque todos hemos conocido o tenemos una experiencia de tristeza.

 A lo mejor te sorprende que una persona pueda llegar a tal extremo, pero lo que te está diciendo lo englobas enseguida en una tristeza mayúscula.

 Lo mismo ocurre con la ansiedad o la angustia, ambas son experiencias emocionales de las que en todos, psicólogos incluidos, conocemos porque hay algún rastro.

 Sin embargo cuando estás con una persona que de repente te dice que está oyendo voces, que se comunica telepáticamente con la Divinidad, porque le han puesto un transmisor en la cabeza, con el que puede hacerlo, etc.., entonces, no tienes ninguna experiencia propia desde donde puedas partir

En ese caso, los psicólogos arrancamos de la nada. 

Solo del raquítico conocimiento de lo leído o visto, y de lo que dicen tus colegas.

 La mejor guía en estos casos, son sus palabras, porque si en lugar de tomarle a él como guía, se parte de una posición más académica y autoritaria:

“usted dice esto, y yo como experto, le digo que esto es una alucinación y se tiene que tomar unas pastillas”…… entonces

… ya vas mal.