«No ha sido un placer…»

El comportamiento humano
incorpora conductas hipócritas cotidianas y aceptadas por todos,
que suelen ser objeto de los estudios sociológicos.
Con la hipocresía, todos nos beneficiamos
no solo de las recompensas de un comportamiento egoísta,
sino que también de la recompensa social y personal
de ser vistos y verse a sí mismos
como alguien  moralmente “apañado”.

La práctica de la hipocresía da a entender
que es buena para mantener la cooperación social.
No ser un poco hipócrita, puede traernos consecuencias,
si no muy negativas, sí   un tanto adversas.

Somos  hipócritas,
particularmente en los usos y costumbres sociales:
Encantado… mucho gusto… beso a usted la mano…
a sus pies… nada me agradaría más… etc., etc.

Particularmente, he sentido muy pocas ocasiones en las que,
sin ser hipócrita, haya utilizado estas expresiones.
Muy pocas personas me han encantado,
casi ninguna me ha producido mucho gusto,
no me he tirado a los pies de nadie,
y siempre hay cosas que agradan más
que una situación social conveniente o rutinaria.

Aunque hoy por hoy, mucho menos,
uno, también ha sido partícipe de esta práctica…
y reconozco que …
“no ha sido un placer”.