El aspecto intelectual: El Self intelectual

Nuestro yo puede tener, y de hecho es el de mayor rango en determinados contextos sociales, una proyección intelectual. Se es inteligente o no se es, o se es menos o se es de determinada forma para determinadas cuestiones. En las capas medias y altas a nivel social, el Self intelectual cumple un cometido de prestigio, positivo o negativo.

Una observación adicional, podemos hacer, respecto de las posibilidades de intercambio entre los distintos tipos de Self, y es que habiendo expuesto las posibilidades de uso de cualquiera de los descritos, nos advierte que “entre unos y otros puede haber alguna suerte de intercambio” que conviene tener en cuenta porque da lugar a hechos interesantes.

Así “cualquier Self puede ser usado como Self erótico, dependiendo del sistema de valores preexistente en un grupo concreto. El Self intelectual puede usarse como Self erótico, y lo mismo el corporal o el actitudinal. De este modo es posible que la identidad obtenida en la esfera intelectual o social en general, se intercambie y compense con la no lograda en otras esferas, como puedan ser la actitudinal o la erótica. Un hombre de éxito, pongamos por caso, puede ser (además le es fácil serlo) simpático y atractivo, a poco que comprenda un tanto de la dinámica interpersonal de uso entre nosotros. De esta manera y por consiguiente, una supravaloración de un Self puede ser utilizada por el sujeto con miras a la compensación de otro más precario en otros niveles”.