Nacionalismos

Aunque sé que es meterse
en camisas de once varas,
merece, al menos para mí, la pena,
un brevísimo análisis de este concepto. 

Pienso yo,
que cuando alguien se siente de una “nación”
por detrás, a nivel psicológico más profundo,
presupongo que es
porque “se cree elegido”. 

En el caso contrario, a uno
le basta con sentirse de algún sitio,
con ser de cualquier lugar.

Igual ocurre
cuando uno se siente de un equipo deportivo
o de un partido político:
el sentimiento arrogante de protagonista,
es el mismo. 

Esto responde, a nivel psicológico,
a que se ansía una raíz
que calme el hambre de superioridad
que llevamos todos encima,
unos más en la epidermis
y otros menos a la vista. 

La nación, así entendida,
resulta ser una idea cómoda
para creerse alguien dentro de un territorio,
y en su nombre y bandera,
preferirse frente a los demás…
cosa que siempre suele generar
un sentimiento de conquista
muy al gusto de cualquier humano.