El paciente con depresión: Cuando cualquier terapeuta comunica  a su paciente que  “estos son… los síntomas comunes a una depresión”, quiero resaltar que en este acto de comunicación, ya se está produciendo, desde mi punto de vista claro está,  un acto de distancia frente a nuestro paciente… y me explico:

Me viene a la memoria, que una DEPRESIÓN, y en esto sigo, como en otras muchas cosas al Dr. Castilla del Pino, repito, UNA DEPRESIÓN, realmente NO ES una depresión, sino que es LA DEPRESIÓN.   Quiero decir, que cuando un paciente cursa una depresión, lo que cursa es SU DEPRESION, y no una cualquiera.  Es la suya, cuyas raíces son ajenas al resto de las depresiones de otros, porque esta ha surgido en él mismo en relación con todo lo demás que ha confluido para que dicha depresión se dé.

Se me hace inevitable querer resaltar este extremo que entiendo de principal importancia, ya que reconocer esta depresión como SUYA, es lo que individualiza y particulariza su enfermedad, y lo que de alguna manera, hace diferente a nuestro paciente del resto de los que decimos que tienen la misma enfermedad, siendo realmente una falacia el que la tengan. Por otro lado, esta forma de entender su enfermedad, comunicada así al paciente, hace que él mismo se sienta diferenciado del resto (de todo el resto) de pacientes, particularizado de alguna manera, y por lo tanto, tenido en cuenta COMO ÉL mismo… cosa que reforzaría el concepto de empatía.

Por otro lado, particularizarle, individualizarle, es darle un protagonismo que seguramente requiere ahora que no se siente (en su depresión) protagonista de nada (aunque posiblemente sí lo sea), y es protagonizarle en relación con su terapeuta, tratando de reproducir en el curso de la terapia no solo el pasado que en él ocurrió (y que es particular y radicalmente suyo), sino también aquello que podría haber pasado, pero que por diversas circunstancias no ocurrió.

El planteamiento por tanto, ha de ser individual y nunca genérico. Así es como lo entendemos en Psicólogos Madrid Centro.