La psicoterapia es una relación profesional especial destinada a lograr el cambio psicológico en la persona a partir de la demanda de ayuda clínica.

La cuestión central es si hay o no posibilidad de cambio psicológico, en sus diferentes dimensiones (v.g. comportamentales, estructurales), y cómo promoverlo o facilitarlo.

Se debe contemplar en un marco de compromiso ético sobre las necesidades y posibilidades de cada persona en su entorno social.

Esto implica ordinariamente una versión entre la capacidad de cambio-transformación y la de adaptación, tanto de la persona como de sus entornos.

En psicoterapia, hay una relación entre teoría y técnica que aparece el en el proceso terapéutico como una estructura intermedia: el propio terapeuta.

Como psicoterapeutas que enfrentamos nuestra tarea clínica nos valemos de lo aprendido y de nuestra formación básica, especializada y continua, contrastado en nuestra experiencia.

Así atravesamos un territorio complejo que podemos estudiar a diferentes niveles:

Necesitamos comprender cómo es posible el cambio, en lo que se refiere a la subjetividad de la persona, en su proceso de identidad personal. 

A través del lenguaje natural- relacionado con el cambio; como ejemplos tenemos el estudio del tono o contenido emocional..

El propio proceso terapéutico que puede ser descrito como las fases/etapas sucesivas que se recorren ordinariamente en un trabajo terapéutico completo, en toda su extensión.

Las variables  del  comportamiento, en un amplio rango que va desde los niveles más elementales  hasta las configuraciones de comportamiento más complejos, para constatar en ello los efectos del cambio (positivos o negativos). 

Nota: Artículo inspirado en escritos del Dr. Alejandro Ávila Espada