Cuando en la consulta psicológica, se nos pide ser atendidos, muchas veces, la única demanda que hay es la de poder hablar, y ser escuchados.  

Si uno piensa en tratamientos inmediatos: malo.

El tratamiento empieza con el trato.

Todos podemos estar de acuerdo, en que en un momento de crisis, conviene un control físico y medicinal que alivie a la persona.

Pero el trato, lo más respetuoso y lo menos opresivo posible, es inicio y pilar de cualquier intervención personal.

Cualquier acercamiento a una persona se tiene que hacer antes con un trato que con un tratamiento.

Normalmente, las consultas psiquiátricas, saturadas de pacientes en los últimos tiempos, no recurren, quizá por multitudinarias, sino al tratamiento. Y ahí se queda… sin más.

Así,  el paciente, recibe su consuelo en forma de envase, con pastillas de colores, y el horario de la ingesta.

Francamente, falta algo.

Algo que ponga en conexión al clínico con su paciente.

Algo más que un prospecto y unas píldoras.